Este fin de
semana aparte de pelis, comida familiar. Las cuatro mujeres que
formamos este micro núcleo
Hablando de
los tiempos que corren, mi hija mayor comentaba que aunque
actualmente su situación laboral es buena, no hay que dar por
sentado nada y tal vez en un futuro próximo replantearse las cosas.
Ella tendría en este momento trabajo como profesora de español en
Londres pero precisamente su buen momento ahora es aquí, si en un
par de años las cosas se ponen peor o lo ve más claro, se iría del
país como tantos otros
Otra de sus
ideas era que nos fuéramos las cuatro. Mi hija pequeña no respondió
a la llamada, mi nieta seguiría a su madre al fin de mundo, y
yo...pues por un momento me ilusioné y dije que no se podía
descartar nada en un futuro más o menos cercano y que ahí quedaba
la idea
Luego claro,
está la vuelta a la realidad, las circunstancias. El sosegar el
entusiasmo
Recordé
entonces que en su último año de vida, mi madre consiguió su deseo
de cambiarse a una habitación más soleada de la residencia; esperó
varios meses con ilusión, a pesar de su limitación de vida el tener
aquella idea la animaba. A pesar de su edad y problemas aún tenía
un proyecto de futuro, eso era vida
Y
comprendí que efectivamente está muy bien vivir el momento,
disfrutar lo que se pueda el día a día, pero que eso no se
convierta en una resignación, en un estancamiento, en pensamientos
utópicos. A veces es muy saludable tener un proyecto de vida, algo
real, posible y gratificante. Y luchar por ello
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