Estoy sentada en un
mundo “real” donde la característica más acusada es el ruido
A pesar del amplio
espacio, las voces de decenas de personas parloteando al unísono, se convierte
en una especie de suplicio
A ratos coinciden
callados una gran mayoría y un pequeño descanso se forma en mi cabeza
Pero es un instante
demasiado pequeño. Las voces continúan de forma obsesiva. No quiero oír lo que
dicen…a veces sin querer me llegan “cosas”; tendría que decir quejas, gruñidos,
protestas…nada bueno…comentarios negativos sobre diversas personas. Agudas
risas (no sofocadas) sobre las cosas más absurdas
Esto resulta
inquietante. Por momentos incluso me siento intimidadas. ¿Dónde está mi amado
silencio? Lo añoro, lo ansío, lo necesito…nunca pensé que la voz humana llegara
a trastocarme tanto. Incluso me duelen los oídos
Por un momento me
gustaría ser realmente una volvoreta. Me imagino volando inconsciente hacia la
luz, hasta el sol intentaría llegar, quemando mis alas como Ícaro
Caería al suelo y
moribunda oiría el confuso y atronador coro de voces humanas
El estruendo termina
con mis últimos instantes, los suficientes para ver que la inmensa sala donde
estoy es el hall del servicio de admisión, de papeleo…de un hospital…
Increíble vida,
increíbles seres humanos. Una mariposa no puede sobrevivir en este mundo…
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