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miércoles, 19 de octubre de 2011

Volviéndo a lo onírico

Estoy viendo la vida como un gran lago. Una superficie brillante y serena capaz de reflejar en su superficie todo lo mejor y lo peor de nosotros mismos
De vez en cuando veo un impacto, como esa piedra que se tira sesgada para golpear el agua y formar unos círculos que cada vez se expanden más y más hacia afuera.
Yo lo sé, sé que es. Cada impacto es un amor que se crea, y si es algo real y verdadero su fuerza se va agrandando, así más y más, porque ya se sabe que el amor siempre multiplica, no divide.
Cuando el impacto es total, las ondulaciones tardan bastante en desaparecer…el tiempo suficiente como para que esos sentimientos, esa energía se impregne en todo el universo. Y ya no importa que clase de amor, familiar, amoroso, solidario…sea; por siempre estará ya ahí…y si alguien tiene la suerte de conseguir esos círculos de vida, la suya ya nunca será igual.
Es cierto que algunas veces la energía no es tan fuerte que no se venza a las contaminaciones, y lo que llenó el mundo, se desintegra. Hay afortunados que pueden repetir la historia con fortuna, pero son los menos. En muchos casos no se consigue ni siquiera la primera vez
Por eso estoy alerta, porque he tirado mi piedra de fantasmas y desdichas, y los círculos siguen expandiéndose como una explosión de sementera…
Y sueño con libertad, con una familia unida como una tupida red. Con amor de tierra, aire, agua y fuego. Con la renovación de la vida fuera del universo celular y dentro del amor más apasionado.
Ahora me despierto…y te digo que te quiero

1 comentario:

  1. Me gusta lo que dices y me envuelve como lo dices.
    Sencillo y claro, metafórico y analítico.
    Disfruto leyendo cada una de tus palabras, cada una de tus frases con las ideas que me trasmites.
    Lo que me ha llegado más ha sido:
    "Ahora me despierto... y te digo que te quiero"
    Gracias por estar ahí

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