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domingo, 9 de octubre de 2011

Al fin terminó la semana

Esta noche he dormido al menos diez horas. Eso es prácticamente el doble de lo habitual. Últimamente se han sucedido varias cosas que alteraron mis ocupaciones diarias ya de por sí recargadas

Algo hubo personal, pero fundamentalmente laboral. La semana anterior un curso que además de tener que procesar miles de datos en tres días, ir hasta Madrid y además por la mañana reconozco que me trastoca mucho. Eso unido a los cambios en sanidad que continúan imparables, me han tenido en un estado de alerta latente. Además de mi turno de tarde, también me ha tocado acercarme un par de mañanas…y bueno para que ir más allá…no me creía que fuera ya fin de semana

Anoche a las nueve y media ya mis párpados se negaban a mantenerse. No hubo nada que pudiera evitarlo a pesar de temerme que en cinco o seis horas estaría despierta. Pero no fue así. La noche de un tirón y nada de pesadillas con Esperanza Aguirre, ni con situaciones que sí quitan el sueño. Ni las privatizaciones, ni los dineritos que nos quitan o van alargando su pago, ni los suplentes que nos niegan con la dificultad de hacer malabarismos para no coincidir en vacaciones y demás…no quiero ni pensar como están en otros colectivos…no quiero pensar más allá del 29 N…reconozco que siento un gran temor y ya no sé si por la edad me estoy volviendo más floja. Del colectivo de maestros, vendrán el breve en masa a Madrid para disputarse unas ínfimas plazas que no hay tampoco en otros sitios, pobres ilusos, el llevar estudiando miles de horas no les puede garantizar un mínimo de seguridad, solo unos pocos serán los ¿afortunados?...no puedo olvidar que en Italia Berlusconi se deshizo de 50.000 funcionarios (supongo que temiendo que sus dineritos no dieran para mantener su estilo de vida). Garantías en España…ninguna

¡Cielos!, el 20 N está a la vuelta de la esquina. Yo sé que el día 21 todo amanecerá igual…aparentemente…a partir de ahí comenzará un nuevo camino…cuatro años de legislatura en los que en algún momento, la crisis comenzará a remitir, y algunas cosas serán más llevaderas. La pregunta que me hago es: en ese momento ¿Dónde estarán los derechos conseguidos con tanto sacrificio en los últimos 50 años? Tendríamos que hacer una lista con todos ellos, guardarla por ese tiempo, y después hacer un recuento de lo que todavía permanece.

Igual estoy siendo excesivamente pesimista y desconfiada, pero al tiempo. No sé si esos cambios los verán mis ojos, pero si es así, hablaremos de ello, sea donde sea. Pero ya he dicho al principio, que la edad me está haciendo sentir miedos desconocidos

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