Casi un relato

El sopor apenas me deja pensar, ni abrir los ojos

Siento una brisa tenue y cálida que parece recorrer mi cara en busca de una seña de identidad

No sé por qué, pero me doy cuenta de que además de estar al aire libre, es denoche. .

Tampoco sé donde estoy, ni que hago “aqui”. Soy incapaz de recordar donde estaba “antes”, desde ese estado de semi consciencia sin duda prelúdio de este sueño.

Porque tengo que estar soñando...o tal vez acabo de despertarme...en ese caso, no soy capaz de asir la realidad.

Llega a mí un olor en principio indefinido. Aspiro con fuerza y me invade una sensación agridulce con aroma a laurel

Me imagino bosques pero también cacerolas desordenadas

En mi boca se forman minúsculas partículas de diversos sabores y sensaciones.

Consigo abrir en mis ojos una imperceptible rendija en forma de media luna

Si, definitivamente el manto de la noche está sobre mi, atavismos circundantes intemporales

A pesar del aire cálido, un escalofrío recorre unos miembros que hasta ahora no sentía

¡Estoy sentada!. Tal vez en un banco. El tacto de la madera parece incrustar crípticos mensajes en mis abandonados muslos

Vuelvo a respirar y viene a mí una sensación salada, marina

Intento moverme pero no puedo

Soy consciente de que el silencio es total

Imagino secos estanques contenedores de hojas putrefactas, en contraposición de una cristalina voz infantil que parece presente pero no se oye

Mundo, sueño, viaje astral, amor desperdigado en microscópicas partículas que luchan por fusionarse

¿Quién o qué soy? La rendija de mis ojos desaparece. Los párpados caen como um telón desmadejado de una comedia ajena

Apenas siento nada...¿estais ahí?...