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domingo, 18 de octubre de 2015

¿DÓNDE ESTÁN LAS MUJERES DE LA BEAT GENERATION?

Riguroso lector y traductor de la beat generation, José Vicente Anaya nos ofrece una excelente muestra de la poesía de Diane Wakoski, Marge Piercy, Denise Levertov, Leonore Kandel, Elise Cowen y Diane di Prima. Anaya publicó el ya clásico “Los poetas que cayeron del cielo”, una antología crítica que nos acerca a la generación beat, acaso un momento de ruptura con la poética tradicional y academicista.




José Vicente Anaya
(nota y traducciones)
Hace varios años en el Instituto Naropa (de la ciudad de Boulder, Colorado), en un homenaje a Allen Ginsberg en que participaron muchos de los poetas de su generación, alguien del público preguntó: “¿Y dónde están las mujeres beats?” Desde el podium el poeta Gregory Corso respondió: “Hubo mujeres, ellas estuvieron ahí, yo las traté. Sus familiares las internaron en hospitales psiquiátricos, les aplicaron electrochoques. En la década de 1950 si eras hombre podías manifestarte como rebelde, pero si eras mujer tus mismos familiares te encerraban. Hubo muchos casos que yo conocí, sobre los cuales algún día se escribirá.”
Esa declaración de Corso deja en evidencia la enorme lucha que tuvieron que enfrentar las mujeres estadounidenses que compartieron las búsquedas y las creaciones literarias en la genneración beat. Ellas se enfrentaron al aplastante contexto de la sociedad, contra la ideología predominante del status quo conformista permeado por el moralismo que fue casi una propaganda de Estado; y sumado a todo eso, que ya es muchísimo, estaba el ambiente familiar represivo. Uno de los casos de ese fuerte ataque a las mujeres fue el de la poeta Elise Cowen, gran amiga de Allen Ginsberg. Ambos se consideraban “hermanos gemelos”, ya que al gran parecido físico que compartían se sumaba el uso de gafas con gruesas lentes, el hecho de que los dos eran de familia judía, la pasión por la poesía y hasta la tragedia de pasar algunas temporadas internados en hospitales psiquiátricos; la diferencia en este último “detalle” es que a Ginsberg no lo enviaban sus padres sino las autoridades represivas de la Universidad de Columbia; y en el de Elise era casi todo el mundo en su contra. Ella terminó escapándose de esas situaciones a los 28 años de edad con el suicidio: en 1962 se arrojó por la ventana de su departamento ubicado a varios pisos de altura.
Otro fin trágico, diferente al de Elise Cowen pero no menos estremecedor, fue el de la joven poeta beat Joan Vollmer Adams, que en 1952 fuera asesinada de un balazo por su esposo William Burroughs cuando éste se encontraba en un “pasón” de drogas y fuertes mezclas que él solía hacer. Esto sucedió en la ciudad de México. El escritor asesino no purgó ninguna condena porque las personas que se encontró en el corrupto sistema judicial mexicano lo dejaron libre cuando él les “pagó” un soborno. Los fanáticos admiradores de Burroughs, que los hay en número considerable, siempre han visto este hecho como una hazaña.
El poeta Ray Bremser obligaba a su esposa Bonnie (Brenda Frazer) a prostituirse cuando vivían en la ciudad de México, y no contento con esto la mandó a Texas para que fuera a “vender” a una hijita de ambos recién nacida. Esto lo cuenta la misma Bonnie en su libro Troia: Mexican Memories.
Los anteriores casos, trágicos o escandalosos, pueden ser ejemplos de la difícil vida de algunas poetas beats, y podría pensarse que hubiera otros casos más que ahora no conocemos (como lo señalara Gregory Corso). Pero también hubo mujeres que sin dejar de combatir contra todas las situaciones opuestas a su desarrollo intelectual, artístico y sencillamente en la práctica buscaban su libertad; sobresalen con una portentosa y numerosa obra literaria. Una de las primeras que destacan es Diane di Prima, quien primero escandalizó con su libro Memoirs of a Beatnik (Memorias de una beatnik), debido al libre lenguaje y al relato de los lúdicos encuentros de hombres, mujeres y homosexuales beats en sus aventuras amorosas, relaciones sexuales relatadas con todas sus señas particulares y el permanente gozo (“El sexo es sagrado”, escribió Jack Kerouac). Diane di Prima es autora de más de veinte libros, entre ellos: This Kind of Birds Flies Backward, Dinners and Nightmares, Earthsong, The New Handbook of Heaven, Revolutionary Letters, Hotel Albert, Loba, The Book of Hours, New Mexico Poemas y Loba as Eve. Hasta hoy en día no he encontrado ningún libro de ella traducido al español, salvo las traducciones dispersas que yo he publicado en revistas y suplementos culturales, así como los poemas que aparecen en mi libro Los poetas que cayeron del cielo, Juan Pablos Editor-Instituo de Cultura de Baja California. Otras poetas beats con obra publicada son: Diane Wakoski, Marge Piercy, Ruth Weiss,  Leonore Kandel, Denise Levertov.

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