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viernes, 5 de octubre de 2012

Quiero ser como Clooney


A veces me pregunto por los malos ratos que pasan los hombres cabales ante las aberraciones de otros congéneres

Asesinos en serie, maltratadores, violadores, torturadores, abusadores de niños...no sigamos porque entiendo que hay muchos hombres que no solo serían incapaces de tales acciones, sino que las rechazan, combaten y tiene que cargar con una vergüenza ajena y un sentimiento de culpa que no es suya.

Por eso, intento en ocasiones frivolizar un poco al menos con las cosas menos terribles

En algunos momentos me da la impresión de que a todos (bueno, a muchos) les gustaría ser como Clooney

Maduro, atractivo, independiente, comprometido con causas justas, al parecer divertido, relacionado con hermosas mujeres aunque siempre sin un compromiso tradicional; con la suficientes fortuna y libertad para realizar los proyectos (cinematográficos o no) que desee. Implicándose en todos los sentidos, envejeciendo con carisma y dignidad

Bueno, en realidad creo que hay muchos hombres con ese perfil, con mas o menos de esas cualidades, pero que brillan con luz propia (aunque no sea en la gran pantalla). Aunque su parte más importante no está simplemente reflejado en un porte, una edad o un rostro

¡Brindo por todos ellos!

2 comentarios:

  1. Querida Volvoreta..aunque no tengo nada q ver con el señor Clooney..te doy las gracias..por lo q se refiere a mi condicion de hombre..que rechaza toda esa violencia..vejaciones..humillaciones..y maltrato en general..q ha sufrido y sufre la mujer a lo largo de la historia..un beso fuerte

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  2. Haberlos, haylos.
    No destacan por belleza física, o sí; ni en el porte, también, vale, algunos sí; pero, sobretodo, son atractivos, porque los amamos.
    Nos da igual su aspecto, estamos mirando su interior, trasparente y diáfano, bondadoso y gentil, cierto y verdadero, sin doblez ni engaño; siempre la verdad.
    No se esconden de nada, son sinceros ante citas amistosas, que carecen de significado para ellos, total, ¿qué es un café?; por eso, ¿tendrían que mentirnos? A nosotras, ellos ya no nos mienten.
    No, no les merece la pena. Ellos lo saben, nosotras también. Tienen una fidelidad a prueba de bombas. Son los hombres del momento, como tú dices, los que brillan con luz propia.

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