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sábado, 24 de diciembre de 2011

24/12/2011

7,07: Abro los ojos y veo el despertador. Uff, tengo sueño todavía, pero bien sé que a estas horas no me volveré a dormir

7,10: Decido tomar un café, será lo mejor. Voy a la cocina buscando el camino a tientas. Al llegar me doy cuenta de la tontería y enciendo la luz
7,13: Descubro que han cortado el agua. No entiendo nada, será alguna emergencia. Recuerdo que tengo un litro de agua embotellada y suspiro con resignación
7,15: Después de echar el agua en la cafetera y ver que tengo que empezar un paquete de café, tiemblo porque no había y no recuerdo si ayer había comprado. Afortunadamente sí
7,17: Al tirar del “abre fácil”, se resiste y tiro más fuete…el paquete se cae al suelo…afortunadamente hay para cargar la cafetera. Dudo si recoger lo de suelo ya que estoy empezando a tener una sensación extraña de pesadilla…naturalmente lo hago
7,21: Tengo la cafetera ya puesta y me voy al baño (hasta ahora no me había dado cuenta de la imperiosa necesidad que tenía de hacer pis). Con alegría compruebo que ya hay agua
7,25: Me siento en la cocina a tomar el café bien calentito. Esto es vida, me reconforta. Ahora es cuando empieza realmente el día. Reflexiono, hoy es 24 de diciembre…bueno un día, una noche más, mi hija y yo hemos decidido que será una noche “normal” y no tenemos preparado nada especial (de hecho tengo que ir a comprar ya que las dos anteriores  semanas de trabajo intensivo me dificultaron hacer compra en condiciones y tengo el frigorífico que parece un campo desierto)
7,31: Una especie de pitido me saca de mi plácido letargo y pego un salto sin saber que pasa. Sí, es la alarma del frigorífico. ¡Ostras!, está vacío pero no es para que se ponga a chillar de esa forma. Pulso el silenciador, enciendo de nuevo el programa…y todo vuelve a al normalidad. A estas alturas ni siquiera me pregunto que puede haber pasado
7.37: Me como un yogurt desnatado como para convencerme de que todo está bien, vamos…como siempre
7,39: ¡Suena el teléfono! Salgo disparada. ¿quién llama a estas horas un sábado? (¿he dicho ya que es 24 de diciembre?). Cojo el auricular y oigo una voz chillona “Carlos, hijo, ¿eres tú? Pues no señora,  yo no soy su hijo. La madre de Carlos cuelga sin más y prometo que no supe a donde ir o que hacer
7,42: Intento meterme en una de esas meditaciones mías para racionalizar los temas que me desbordan…ilusa…no sé que diablos hago aquí…en el medio del pasillo…con mi ridículo pijama, un frío de la…y un cansancio de campeonato….
7,46: Desenchufo los teléfonos, apago el móvil, la cafetera…me voy a la habitación y me meto en la cama
7, 48: Una parte de mí no puede olvidar que al fin y al cabo es navidad. Por otro lado el futuro es algo que no existe en realidad. Igual tengo suerte y me puedo dormir todo el dichoso día. Por si acaso, entro en el blog para desearos Felices Fiestas. Sí, ya se que de una forma muy poco ortodoxa, pero a mi esto de las fiestas me deja un poco desconcertada. Al fin y al cabo (de nuevo) ya digo aquí lo que este espacio y los amigos significan para mí
7,51 (creo): Está todo borroso…tengo sueño…quiero descansar…quiero…decir…que os quiero…

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