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miércoles, 10 de agosto de 2011

Sin título


Me despierto en plena noche, siento la oscuridad pegajosa y densa. Mis brazos parecen pegados al cuerpo. Mis manos no pueden separar el pelo que cubre mi rostro. Hago un esfuerzo, me muevo un poco. Me doy la vuelta. No se si estoy mirando hacia arriba o hacia abajo. Mi cuerpo parece extenderse y escurrirse por la cama. De mi cabeza salen algunos hilos de luz con diversos colores. La música surge de ellos con suavidad de terciopelo. Me encojo y mi corazón suena como un reloj. Vuelvo a girarme pero sigo sin ver nada. La ventana parece tapiada, la puerta disfrazada de ratonera. Las uñas crecen como lianas incandescentes. Mi boca se abre y ...pero…a estas alturas…¿ nadie se pregunta qué diablos soy?


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