Llevo días sin entrar. Tal vez es demasiada osadía participar en un blog al que solo puedes dedicar a veces, milésimas de segundos
Ni análisis, noticias, reflexiones…solo palabras cogidas al vuelo…
Pero las cosas son como son. Hoy es día 17 de marzo, pero el día 11 escribía esto en un pañuelo de papel:
Hoy hace 7 años (creo), de los atentados terroristas que nos dejaron a todos atónitos y desesperanzados. Como siempre he visto poca información al respecto, pero la suficiente para pensar fundamentalmente en dos cosas
Por un lado, incluso en un tema tan especial como este (o tal vez por eso), el bipartidismo del país se hace nítidamente patente
Dos asociaciones, unidas supuestamente por el mismo dolor, pero flanqueadas por los dos partidos con peso específico actualmente. Con las mismas diferencias, con los mismos reproches
Por otro lado, y teniendo claro que hechos así no se tienen que olvidar nunca, y que hay más vidas destrozadas de las que constan estadísticamente, yo no puedo dejar de reflexionar sobre como tragedias tan desgarradoras se convierten en el leit motiv de sus tristemente protagonistas
Naturalmente que entiendo su dolor, su ruptura de vida estén en el lado que estén, pero reconozco que el hecho de que cada año, eternamente, un día se convierta en recuerdo del horror, de los reproches, de esa única razón de vivir de los supervivientes (directos e indirectos)…es todavía más trágico
Ya sé que no hay olvido, pero el tiempo algo va mitigando ese dolor tan intenso….salvo que que cada año se recuerde que somos víctimas, cada día, cada segundo…
No sé si me estoy explicando. Ambos temas están relacionados ¿Quién saca partido de qué? de sobra sé que de vez en cuando uno tiene que soltar su dolor a los cuatro vientos, con rabia, hasta con odio
Pero hay que intentar romper la cadena. Yo creo que el dolor privado puede no terminar nunca. Las acciones legales que sean necesarias, pues ¡adelante!. Pero los míos, para mí...
Pido perdón por si estos pensamientos pueden ser hirientes para alguien, aunque no lo lean
Pero de alguna forma, poco a poco, hay que dar un giro a las cosas, porque si no, la vida no vale la pena, ya no queda nada a lo que agarrarse y el que esto sea algo público, tal vez nos quite a todos la esperanza
¿Soy excesivamente egoísta?
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