Buscar este blog

miércoles, 3 de abril de 2013

La influencia de la sociedad (2/5) 2ª parte


"Sé obediente. Estudia, trabaja, cásate, ten hijos, hipotécate, mira la tele, compra muchas cosas. Y sobre todo, no cuestiones jamás lo que te han dicho que tienes que hacer" (PeterJoseph)

No hay nadie a quien culpar. Pero lo cierto es que desde el día en que nacemos se nos adoctrina para que nos convirtamos en empleados sumisos y consumidores voraces, perpetuando el funcionamien­to insostenible del sistema. Así es como, al entrar en la edad adulta, seguimos la ancha avenida por la que tran­sita la mayoría olvidándonos por completo de seguirnos a nosotros mismos, a nuestra voz interior. Por el camino nos desconectamos de nuestra verdadera esencia -de nuestros valores y principios más profundos- construyendo una personalidad adap­tada a lo que nuestro entorno más cer­cano espera de nosotros.
Si bien la sociedad y la tradición ejer­cen una poderosa influencia sobre cada uno de nosotros, en última instancia so­mos libres para tomar decisiones con las que construir nuestro propio sendero. Es una simple cuestión de asumir nuestra parte de responsabilidad. Sin embargo, tomar las riendas de nuestra existencia nos confronta con nuestro miedo a la libertad. Prueba de ello es que tendemos a ridiculizar procesos y herramientas -como el autoconocimiento y el desa­rrollo personal- orientados a cambiar nuestra mentalidad.
 

No cabe duda de que la vida está estructurada de forma que estemos demasiado ocupados para poder pensar. La otra paradoja de una vida de libertades es la poca capacidad de elección real que poseemos
La referencia a la confrontación entre ser nosotros mismos y el miedo a la libertad que nos atenaza, me ha recordado como no a Erich Fromm y su obra. El miedo a la libertad es precisamente uno de sus mejores libros, y uno de los míos de cabecera durante años. A veces lo abría de forma aleatoria y leía en cualquier parte, siempre me valía. Ahora me doy cuenta de que ni siquiera recuerdo en que estantería está. El ritmo de vida hacen que pongas la marcha automática y sigas adelante…¿camino a dónde?
Reconozco que he perdido la práctica de cuestionar, me pregunto cuanta gente se libra de estas ataduras y forma parte de un sistema que no nos gusta pero en el que estamos totalmente integrados. Ahora viene aquello de tirar la primera piedra
Pero tal vez no esté todo perdido, hay una juventud con ganas de SER. Unas nuevas corrientes de cambio. Y tal vez quizás, todos tenemos un reto por delante

No hay comentarios:

Publicar un comentario