"Desde que
nacemos se nos adoctrina para hacernos empleados sumisos y consumidores
voraces, y así
perpetuar el sistema"
"Como en general
huimos de nosotros mismos, lo más
común
es encontrarnos con personas que no van hacia ninguna parte"

Cuenta una historia
que el joven rey de un imperio lejano se cayó un día
de su caballo y se rompió
las dos piernas. A pesar de disponer de los mejores médicos,
ninguno consiguió
devolverle la movilidad. No le quedó más
remedio que caminar con muletas. Debido a su personalidad orgullosa, mandó
publicar un decreto por el cual se obligaba a todos los habitantes a llevar
muletas. Las pocas personas que se rebelaron fueron arrestadas y condenadas a
muerte. Desde entonces, las madres enseñaron a sus hijos a
caminar con muletas en cuanto comenzaban a dar sus primeros pasos.
Como el monarca tuvo
una vida muy longeva, muchos habitantes desaparecieron llevándose
consigo el recuerdo de los tiempos en que se andaba sobre las dos piernas. Años
más
tarde, cuando el rey finalmente falleció, los ancianos que
todavía
seguían
vivos intentaron abandonar sus muletas, pero sus huesos, frágiles
y fatigados, se lo impidieron. A veces trataban de contarles a los más
jóvenes
que años
atrás
la gente solía
caminar sin utilizar ningún
soporte. Pero los chicos solían
reírse
de ellos.

Borja Vilaseca. El País
15/07/12
Este artículo consta de cinco partes que irán apareciendo sucesivamente
Algunas cosas porque nos parecen muy obvias aunque no las pongamos en práctica, otras por fantasiosas tampoco. A veces deberíamos recordarlas más a menudo
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