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sábado, 6 de abril de 2013

Prisioneros de las creencias (5/5) 5ª parte



 
Un niño fue al circo con su padre y quedó fascinado con un enorme elefante, de fuerza descomunal. Al terminar la función, el chico vio cómo el domador ataba una de las patas del animal a una pequeña estaca clavada en el suelo.
Le sorprendió constatar que la estaca era un minúsculo pedazo de madera
- "Papá, ¿cómo puede ser que el elefante no se escape?': le preguntó.
Y  su padre le dijo:
- "Porque está amaestrado".
- "Y si está amaestrado'; insistió el chico, "¿por qué lo encadenan?".
El padre no supo qué decirle. Otro hombre que había escuchado la conversación le reveló la respuesta:
- "El elefante no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que nació. Al principio trataría de soltarse, empujando con fuerza. Pero siendo un elefantito, la estaca era demasiado resistente para él. Y así continuó hasta sentirse agotado, impotente y, finalmente, resignado. Ahora ya ni se lo plantea".

 
¿Quién no ha escuchado historias de estas con diversos animalitos, empezando por los monos?. Parece que nadie se atrevió todavía con fábulas para humanos directamente, pues las podemos escribir y protagonizar cualquiera de nosotr@s...pero...rompamos cadenas............................................

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