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lunes, 8 de abril de 2013

¿Realidad onírica?

En el tiempo que te conozco jamás he podido estar más de 24 horas sin pensar en ti
Yo que amo la naturaleza recuerdo aquel amanecer que de forma inusual desperté a tu lado
En el atardecer me había despojado de todos los disfraces habituales para quedar desnuda ante la verdad, la tuya, la nuestra
No recuerdo esa noche, sino la aurora cálida que nos depararon las horas transcurridas. Ahí estaba la naturaleza viva
Me incorporé y te miré. Estabas boca abajo. Sentí la llamada del bosque, de la selva, de lo primitivo
Intenté subir esos montículos con unos dedos tensos que te hicieron girar entre sueños. Desapareció el monte para que pudiera enredar en la maleza un tanto escasa. Girando las manos para que avanzaran como las agujas del reloj
Y el tiempo trascurría en esa horas que nos habían sido regaladas
Un huracán de sensaciones barrió la habitación y aunque el tiempo pareciera desaparecer, nuestra día, nuestra verdad, continuaba imparable
El mapa de tu cuerpo me ofrecía libre su orografía. La recorrí con toda la ternura y todo el amor de una verdad relativa y puede que inconstante
Cruce de valles, colinas y llegada a un río insaciable. Locura, tensión, realidad onírica, o tan solo ofrenda de amor
Este es el día de un hombre normal, un hombre que tiene derecho a su momento de gloria
Y esta es SU-MI  verdad, se puede ver en mis ojos
 
 

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