Una vela encendida
reflejaba su oscilación entre la línea de sus pechos…vistiendo con la noche sus
caderas sinuosas
Sus muslos se adivinan
fuertes y buscan para vestirse, una túnica de estrellas
El rostro del futuro es
como una promesa en la llama vacilante
Su mirada tan solo se
presiente, pero sabes que está ahí, al acecho, como una tenue luz clandestina
El esperma del pasado
se desmorona en un charco de ceniza
En un lecho de suspiros,
sus dedos dibujan amores, trabajo, cuidado, sexo y ternura
Es la MUJER , eterna exiliada
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