Y esta sarta de
palabras viene a cuento porque en mi corto viaje a Cartagena, tuvo dos
trayectos de tren (ida y vuelta desde luego), que me permitieron tener algo que
lo que casi siempre carezco: tiempo. Los libros me los suelo leer a migajitas,
ratitos robados de aquí y de allá. Cuando emprendí viaje, llevaba empezado el
de Murakami “ Kafka en la orilla”, ya
había pasado de ese punto que la lectura lenta y el espacio pasado entre página
y página, me hacían el momento algo pesado para entrar en ese otro de ansia por
seguir y seguir. A la vuelta lo terminé y que quedé un poco huérfana. Entre eso
y todo lo que me encontré pendiente y cambiante en el trabajo, todavía no he
empezado ninguno
Al igual que el alocado
“El fin del mundo y el despiadado país de las maravillas”, y en “Kafka en la orilla” se suceden dos
historias paralelas y en principio parecen ajenas y resulta ser todo lo
contrario. En este caso el paralelismo resulta al final menos evidente, pero es
tremendamente fascinante
Sigue resultándome muy
peculiar el tiempo que los protagonistas de sus novelas emplean en comer por
ejemplo. Algo tan cotidiano en la vida real en contraposición de sus personajes
y situaciones que viajan más por el mundo onírico que por cualquier realidad
medianamente conocida
Por eso me encanta este
hombre. Le conocí con Tokio Blues y desde entonces está cercano a mí (¡como
tantos otros!) De deja la oportunidad de sacar tus propias conclusiones que
imagino en cada uno serán diferentes. Se mueve entre dos líneas argumentales
que podrían llevar a un caos infructuoso pero sin embargo te embruja. El joven
Kafka Tamura somos todos de jóvenes, en el mundo de los sueños al menos- es
como si estuviera escribiendo para nuestro subconsciente. Dos personajes
centrales opuestos e igualmente irreales. Algunos personajes secundarios
imprescindibles y desconcertantes. No hay fisuras en su entramado argumental,
al menos para mi que lo onírico me ayuda a aceptar la vida tal y como es (a
veces más irreal y desquiciante que cualquier novela)
No se donde encuadrarlo
ni falta que hace. Solo sé que la historia engancha. Sus personajes van desde
lo etéreo hasta la razón casi absoluta. Aquí no hay que buscar el sentido de la
historia, hay que sentirla y disfrutarla
Como diría Kero,
altamente recomendable…al menos para el lector que le guste la magia donde
realidad y sueño se mezclan en una aleación perfecta
Mi preferido entre mil, MURAKAMI. La novela, que entrelaza vidas con personas y personajes, los que huyen, los que se quedan, los que no recuerdan, los que aman, los que mantienen un duelo, los que no saben quien son, ni a donde van...
ResponderEliminarGracias por comentarlo.
¡Eso es!...son seres complicados...como lo somos en realidad todos los humanos, solo que no sabemos definirlo, el sí...al límite. Esa frontera entre lo real y no onírico, así como lo cuenta él, hace que las fronteras tengan magia, no muros
ResponderEliminarMe alegra que algunos gustos puedan ser compartidos, mil gracias