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jueves, 21 de junio de 2012

Haruki Murakami y el mundo de lo onírico

A veces una boda da entrada a otros hechos que no tienen nada que ver y que aportan elementos ajenos pero que ayudan a darle un significado especial
Y esta sarta de palabras viene a cuento porque en mi corto viaje a Cartagena, tuvo dos trayectos de tren (ida y vuelta desde luego), que me permitieron tener algo que lo que casi siempre carezco: tiempo. Los libros me los suelo leer a migajitas, ratitos robados de aquí y de allá. Cuando emprendí viaje, llevaba empezado el de Murakami  “ Kafka en la orilla”, ya había pasado de ese punto que la lectura lenta y el espacio pasado entre página y página, me hacían el momento algo pesado para entrar en ese otro de ansia por seguir y seguir. A la vuelta lo terminé y que quedé un poco huérfana. Entre eso y todo lo que me encontré pendiente y cambiante en el trabajo, todavía no he empezado ninguno
Al igual que el alocado “El fin del mundo y el despiadado país de las maravillas”, y  en “Kafka en la orilla” se suceden dos historias paralelas y en principio parecen ajenas y resulta ser todo lo contrario. En este caso el paralelismo resulta al final menos evidente, pero es tremendamente fascinante
Sigue resultándome muy peculiar el tiempo que los protagonistas de sus novelas emplean en comer por ejemplo. Algo tan cotidiano en la vida real en contraposición de sus personajes y situaciones que viajan más por el mundo onírico que por cualquier realidad medianamente conocida
Por eso me encanta este hombre. Le conocí con Tokio Blues y desde entonces está cercano a mí (¡como tantos otros!) De deja la oportunidad de sacar tus propias conclusiones que imagino en cada uno serán diferentes. Se mueve entre dos líneas argumentales que podrían llevar a un caos infructuoso pero sin embargo te embruja. El joven Kafka Tamura somos todos de jóvenes, en el mundo de los sueños al menos- es como si estuviera escribiendo para nuestro subconsciente. Dos personajes centrales opuestos e igualmente irreales. Algunos personajes secundarios imprescindibles y desconcertantes. No hay fisuras en su entramado argumental, al menos para mi que lo onírico me ayuda a aceptar la vida tal y como es (a veces más irreal y desquiciante que cualquier novela)
No se donde encuadrarlo ni falta que hace. Solo sé que la historia engancha. Sus personajes van desde lo etéreo hasta la razón casi absoluta. Aquí no hay que buscar el sentido de la historia, hay que sentirla y disfrutarla
Como diría Kero, altamente recomendable…al menos para el lector que le guste la magia donde realidad y sueño se mezclan en una aleación perfecta

2 comentarios:

  1. Mi preferido entre mil, MURAKAMI. La novela, que entrelaza vidas con personas y personajes, los que huyen, los que se quedan, los que no recuerdan, los que aman, los que mantienen un duelo, los que no saben quien son, ni a donde van...
    Gracias por comentarlo.

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  2. ¡Eso es!...son seres complicados...como lo somos en realidad todos los humanos, solo que no sabemos definirlo, el sí...al límite. Esa frontera entre lo real y no onírico, así como lo cuenta él, hace que las fronteras tengan magia, no muros
    Me alegra que algunos gustos puedan ser compartidos, mil gracias

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