No me da la vida para más, los cambios en el trabajo siguen imparables,
el sueldo nos lo congelarán una y otra vez, pero espero que tantos euritos en
programas informáticos y mandos intermedios imaginando como “mejorar” lo
existente, sirvan para algo. Aunque me temo que lo más importante, que es la
calidad asistencial al paciente…bueno, no pensaré en el futuro, aquí sigo
intentando no perder el hilo, y acudiendo a esta tierra de nadie para que me
sostenga una vez más y me siga uniendo al amor a la vida
No tuve ocasión de contaros detalles de la manifestación del día 19 en
Madrid, multitudinaria y más republicana que nunca, se entiende claro. Ahora me
parece que han pasado meses desde entonces, y a falta de crónicas, se me ocurre
reflejar la sensación que sentía en el tren en la vuelta a casa

El ruido del tren, de las conversaciones. Los tímidos rayos del sol
invernal reflejándose en las ventanas. El murmullo de mis pensamientos intenta
convencer a mis párpados para que se cierren
Una risa resuena dentro de mí. Presto atención y me doy cuenta de que la
vida regocijada, me anuncia que siempre
hay nuevas oportunidades
gracias a ti volvoreta..por tu vuelo inquieto e ilusionante..y por seguir revoloteando por esta tierra de tod@s..un beso
ResponderEliminarY, menos mal, que aparecen las segundas y terceras oportunidades... así la vida no es una encrucijada horrorosa.
ResponderEliminarTe duermes mal, y, al día siguiente, te despiertas y dices, hoy el día va a ser espléndido, y lo es; o no, y al siguiente, empiezas igual, uno o dos más, al tercero, la vida cambia, y empieza otra historia, las circunstancias te son propicias, y ya nada es igual.
Cambias, mejoras y te felicitas, y dices, la vida no es tan mala, todo sigue su curso.
Eso es. A veces el dolor nos abate pero al tiempo aprendemos que no siempre es lo peor. Nos enseña, nos da la oportunidad de reinventarnos una y otra vez...
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