Escucho música, son los
coros de Carmina Burana, esta vez no estoy muy pendiente, pero de fondo, la
fuerza de esa música se va imprimiendo en mi piel como una marca de agua
No se que pensaba
hacer, ¡ah, si!, se me había ocurrido buscar los papeles que voy escribiendo y
dejando aquí y allá. Pensaba encontrar algunos garabatos rápidos y poco reconocibles que me recordaran algunos
momentos dedicados a ti
Te iba a mandar algunas
palabras que contaran el rugido de mi corazón cuando te echa de menos; las
tinieblas que a veces invaden mi alma ante realidades que escapan a la cordura;
la fuerza que después de cada batalla diaria, alivia mi cansancio cuando entro
en el espacio propio de un pequeño habitáculo hecho de tejido de sueños…pero
ante la fuerza de la música, las palabras se han ido por el laberinto de mi
pequeña enajenación
Al hilo de la música se
fue mi visión de nubes de ilusiones flotando a mi alrededor. No sabía si era tu
el que estaba al otro lado, porque también había algún nubarrón al filo de los
sueños (o de las pesadillas, que eso nunca se sabe)
Pero ambos intentábamos
caminar por esas nubes disfrazadas, sin saber si nos encontraríamos o nos
perderíamos en el laberinto
No hay tinieblas que no
puedan iluminar las luciérnagas del amor y la aceptación…
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