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miércoles, 15 de febrero de 2012

Más lluvia ácida


Lluvia ácida y pertinaz. Lluvia que corre por  mi cuerpo…por su interior. La estela de su recorrido deja una cicatriz descomunal.
¿Por qué hay que vivir? ¿Por qué resignarse a ver tanta pena? La lluvia sale al exterior en forma de lágrimas que surcan unas envejecidas mejillas que ya por siempre quedan tatuadas en sangre.
Tal vez una magia basada en la fuerza, en el alcohol, en las ausencias  y presencias que se engañan y superponen, en el amor que fructifica en desengaños y frustración, en la venganza, en el perdón, en el puro instinto de existir, en el amor desinteresado…
LA VIDA

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