
Vivimos intensamente, incendiando la oscuridad con nuestra despreocupada liviandad
Ella se tendía cada noche, en el regazo de un rayo de luna
Sus pechos marcaban la línea del horizonte como señal de bienvenida
Sus muslos sustentaban el aire del amanecer y bruñían las estrellas de plata de una noche desaparecida
El, se asomaba con el rocío al manantial de sus ojos
Sentía los latidos de un cuerpo desmembrado por el deseo
Lamía las heridas de los mas vulnerables, como canto de amor
Ellos… nosotros, cantamos en silencio las notas mas bellas
Nos callamos las palabras más dulces
Vivimos las historias de las ninfas que bañan el río del olvido
Todos, todos sentimos las historias que trepan por los sueños renovados eternamente
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