
El calor llegó de forma inesperada a pesar de ser la fecha de campos amarilleando y árboles cargados de frutos
La primavera se disfrazó de época variable como si quisiera llegar de incógnito. Y de tal forma se camufló su presencia, que cuando llegaron los calores, parecía que nos pillaban al asalto.
Y he aquí que sales a caminar cuando se supone que los arbustos empiezan a declararse vencidos, y te sorprende la fuerza de la lavanda. A estas alturas en su color intenso y en su señalar al cielo, como si quisiera sobresalir de nuestra insignificante cabeza
Y si tienes la suerte de pasear por un parque solitario, el placer ya es total. Aspiras, aspiras la fragancia casi olvidada. Recuerdas, disfrutas y te sientes parte del paisaje. Incluso por unos momentos te atreves a cerrar los ojos mientras te invade su fragancia (¡bendita invasión!). Los abres, sigues caminando, por el rabillo del ojo compruebas que continúas sola
Estiras los brazos como si quisieras aprisionar con ellos toda la magia de esa naturaleza que te acoge justo en ese instante. Los brazos en cruz por unos segundos que llevan a tu rostro un soplo de libertad
Ni tan siquiera los cierras; inconscientemente sabes que ese cerco no apresaría nada, ni lo pretendes. Simplemente los bajas, miras a tu alrededor y sonríes. ¡Bendita soledad!
Sin darte cuenta los brotes malvas se van quedando atrás; tu alma se aligera de problemas y una vez más das gracias a la vida.
En esta ocasión porque sea cual sea la época del año, en realidad es tiempo de lavanda.
Una reflexión preciosamente narrada a propósito de la flor de Lavanda. Nada mejor que esta lectura a mi vuelta de las Rías Baixas donde los olores eran otros ( el mejor pulpo, lo salobre del mar de Patos y la brisa procedente de Las Cíes). Todo nos sirve, es cierto, para coger fuerzas en esta vida. Un abrazo grandísimo a los dos. Minervina.
ResponderEliminarMiner, un placer encontrarte de nuevo aquí...y un poco de sana envidia por ese periplo por una tierra que me vio nacer y que desconozco
ResponderEliminarDisfrútala por mí, y ya nos contarás, un abrazo con brisa norteña para ti
Me agrada sentir el aroma de la lavanda,
ResponderEliminaresa, la que te roza,
cuando caminas por los senderos de la vida,
te acaricia las piernas,
sintiendo el perfume, el cariño de la compañía...
El amor de tu vida...
El amor...