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viernes, 1 de julio de 2011

Sigue creciendo la marea de indignados

En los últimos años, esos que se llaman de bonanza económica, nos acostumbramos a despreocuparnos. Más tarde, cuando las cosas se complicaron, parecía que no conseguíamos preocuparnos demasiado
Una pescadilla que se muerde la cola fue creciendo entre la sociedad, no nos gusta lo que hay pero no sabemos cómo remediarlo
Lo peor es que además de la calle, había otros sectores que parecían haber enmudecido a pasar de las circunstancias. Intelectuales, artistas, literatos, juristas...en fin, voces que serían escuchadas si se decidían a lanzarlas al aire. La clase política desprestigiada, no sabía tampoco como sentar unas bases de credibilidad.
Pero afortunadamente nada es eterno. De forma impulsiva los primeros ciudadanos empezaron a juntarse en algunas plazas emblemáticas. Primero se les ignoró, luego fueron motivo de burlas, de ataques a sus intenciones, e intentos de abortar un movimiento que ya no tenía parada
Ahora parece ser que al fin esas voces a las que aludía se han hecho audibles. Empiezan a firmarse manifiestos por el cambio, contra la corrupción y los recortes sociales. Voces autorizadas que se han cansado de esperar y que como otros muchos anónimos, no sabíamos cuando era el momento de retomar las riendas de nuestra propia vida
Estoy segura de que otros muchos se irán uniendo, porque en ese manifiesto con nombres marcadamente de izquierdas, son todos los que están, pero no están todos los que son
Así que el futuro de la dignificación de esta sociedad despistada, está en marcha y cada uno se lo monta de una manera. Nosotros hablamos con los indignados de Ferrol, dejamos nota en Cartagena, y se puede ver que el movimiento cobra fuerza.
La revolución a la española ha hecho su aparición, y hay movimientos para todos los gustos. Y para muestra un botón: en Sevilla se lo cantan así de bien.



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