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viernes, 29 de julio de 2011

¿Qué pasa conmigo?

Tumbada sobre la húmeda tierra, sentía sus latidos al ritmo de los de mi corazón. Latidos cada vez más fuertes como desbocados caballos cabalgando las nubes del horizonte

Tras el apocalipsis el mundo seguía existiendo, siempre lo hacía, el ser humano casi nunca aprende de sus errores. No sentía temor, pero mi consciencia perturbada, notaba dentro de mí un torrente de fluidos generadores de vida o muerte. Imposible saberlo

El galope parecía cada vez más cercano. Las ráfagas de viento huían a velocidades inauditas, la tierra estaba mojada con el sudor de miedos ajenos, el latido de la tierra no se amortiguaba con los buenos deseos

No quise levantarme, necesitaba notar la humedad de la vida (o tal vez de la muerte, nunca se sabe) pegada en mi pecho, penetrando en la piel como ráfagas de sueños (puede que de pesadillas). No me sentía débil, sabía que podría sobrevivir…siempre sucede

La vida insiste en amenazarte, pero no sabe que la verdadera fuerza radica en no temer por uno mismo. El mundo se desmoronaba una vez más, sí. Pero el BIEN se empeñaba en permanecer en forma de regalo de amor y de vida. El mundo sobreviviría de nuevo

Los latidos me impedían oír ninguna otra cosa, estaban “allí”. Por un momento la fuerza que emanaba de la tierra no fue suficiente. Los jinetes apocalípticos saltaron sobre mi cuerpo y un enorme abismo surgido de la nada los hizo despeñarse por una pendiente sin fin. Me sentí desfallecer y por un momento no supe donde estaba

Pero luego levantando la cabeza seguí viendo ese mundo por el que había temido y que se levantaba de nuevo como una inmensa enredadera de sueños y realidades. Y así la tierra en un abrazo filial, la regué esta vez con mi llanto, recobre del pasado los sueños de libertad y le ofrecí al futuro las manos de nuestro presente

2 comentarios:

  1. Es la esperanza en el futuro, eso es hermoso... vivificante...
    Lo muestras, lo trasmites a la vez.
    Místicamente lo describes.
    Veo unos cuadros, asuntos subdivididos , ni separados por el tiempo, ni juntos.
    Gracias por compatirlo.

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  2. Julia…gracias por entenderme
    Efectivamente hay una especie de esperanza que no sabes de donde sale pero te da fuerza contra males y fantasmas. Creo que las mujeres transmitimos eso de forma genética, esa es nuestra aportación a la vida. No importa verlo en cuadros, notas musicales, fotogramas, ideas deslavazadas…el futuro es nuestro…como queremos que sea…a pesar de…y de…ese es nuestro secreto, esa es nuestra visión y nuestra fuerza
    Tu sí que describes tus sentimientos jugando con las palabras de forma magistral y en clave de fragmentada magia…que no perderás nunca…

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